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Las esmeraldas son piedras preciosas verdes que se extraen en varios entornos geológicos. Son minerales del grupo del berilo de los silicatos. Desde hace más de 4000 años, las esmeraldas son consideradas como una de las joyas más preciadas y valoradas. Colombia, ubicada en el norte de Sudamérica, atravesada por la bifurcación de la cordillera andina en tres, es el país que extrae y produce más esmeraldas para el mercado mundial, así como el más apetecible. Se estima que Colombia representa entre el 70% y el 90% del mercado mundial de esmeraldas. Aunque es posible encontrar esmeraldas de calidad comercial con relativa facilidad, las esmeraldas de alta calidad son extremadamente difíciles de conseguir. Las esmeraldas colombianas de más de 50 quilates pueden tener un valor mucho mayor que los diamantes de tamaño equivalente.
Los departamentos colombianos de Boyacá y Cundinamarca, ubicados sobre la Cordillera Oriental de los Andes colombianos, son los dos lugares donde se lleva a cabo la mayor parte de la extracción de esmeraldas en el país.
La industria de las esmeraldas colombianas tiene una larga historia que se remonta a la época precolombina,pero debido al aumento de la demanda global de piedras preciosas a principios del siglo XX, los precios de las esmeraldas se han casi doblado en el mercado internacional. Hasta 2016, el comercio de esmeraldas colombianas estuvo en el centro del conflicto armado interno colombiano, que azota al país desde finales de la década de 1950.
Durante miles de años, las esmeraldas han sido extraídas y consideradas una de las joyas más valiosas del mundo. Las primeras esmeraldas registradas se remontan al antiguo Egipto, dondé fueron especialmente admiradas por faraonas como Cleopatra. En la antigüedad, las esmeraldas eran consideradas muy valiosas no solo por su belleza sino también porque se creía que tenían poderes especiales. Se decía que podían aumentar la inteligencia, proteger matrimonios, facilitar el parto y permitir a su dueño predecir el futuro.
Existe una antigua leyenda indígena en Colombia de dos seres humanos inmortales, un hombre y una mujer, llamados Fura y Tena, creados por el dios Muisca Are para poblar la tierra. La única estipulación de Are fue que estos dos seres humanos debían permanecer fieles el uno al otro para conservar su eterna juventud. Fura, la mujer, sin embargo, no permaneció fiel. Como consecuencia, se les quitó la inmortalidad. Ambos pronto envejecieron rápidamente y finalmente murieron. Are luego se compadeció de los desdichados y los convirtió en dos peñascos protegidos de tormentas y serpientes y en cuyas profundidades las lágrimas de Fura se convirtieron en esmeraldas. Hoy, los picos Fura y Tena, dentro del territorio del pueblo indígena extinto de los Muzos en el departamento de Boyacá, con una altura de 840 y 500 metros, respectivamente, sobre el valle del río Minero, son los guardianes oficiales de la zona esmeraldera de Colombia. Las minas de esmeraldas más extensas de Colombia se sitúan a unos 30 km al norte, las minas de Muzo son conocidas como las más grandes de la región.
Los historiadores creen que los indígenas de Colombia dominaron el arte de la minería ya desde el año 500 d.C. Pero a los conquistadores españoles se les atribuye el descubrimiento y el inicio de la comercialización a nivel mundial de lo que ahora conocemos como esmeraldas colombianas. Colombia, durante la época precolonial, esta zona estuvo ocupada en por los indígenas del pueblo Muzo, beligerante contras sus vecinos Muiscas, pero quienes fueron dominados por España a mediados del siglo XVI. España tardó cinco décadas en dominar al pueblo tribal Muzo que ocupaba toda esta zona minera. Una vez en control, los españoles obligaron a esta población indígena nativa a trabajar en los campos mineros que anteriormente ocuparon durante muchos siglos.
Los monarcas europeas y sus coretes amantes de las gemas provenientes de India, Turquía y Persia finalmente buscaron los tesoros que les ofrecía el mercado del Nuevo Mundo una vez que las gemas llegaran a Europa. Entre 1600 y 1820 los coleccionista europeos de piedras preciosas ampliaron sus colecciones privadas con artefactos espectaculares deslumbrantes adornados con esmeraldas, todo ello bajo el marco de tiempo del control de España sobre las minas colombianas. Después de la independencia de Colombia de España en 1819, el nuevo gobierno y otras empresas mineras privadas de origen francófono y anglofono asumieron las operaciones mineras. A lo largo de los siglos XIX y XX, estas minas se cerraron periódicamente en numerosas ocasiones debido a situaciones políticas dentro del país.
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